Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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100187
Legislatura: 1887-1888
Sesión: 30 de junio de 1888
Cámara: Senado
Discurso / Réplica: Réplica al Sr. Marqués de Estella.
Número y páginas del Diario de Sesiones: 145, 3042.
Tema: Discusión sobre dimisión del Sr. Martínez de Campos del cargo de Capitán General de Castilla la Nueva.

El Sr. Presidente del Consejo de Ministros (Sagasta): Yo siento que algunas de las palabras que pronuncié en la sesión a que el señor general Primo de Rivera se ha referido puedan haber molestado a S.S. Entendí que S.S., en la situación difícil en que se encontraba respecto del Sr. Ministro de la Guerra, por el propósito que tenía de combatir algunos de sus actos, deseaba que aquel Sr. Ministro le separara, porque me parecía a mí que S.S., en el rigor con que observaba la disciplina militar, no quería presentar la dimisión.

En tal estado, creo que S.S. hizo una pregunta; ésta produjo un incidente más o menos desagradable entre S.S. y el Sr. Ministro de la Guerra, y entendía yo que pesándole a S.S. el cargo de director general, precisamente por ese mismo rigor con que quiere cumplir la Ordenanza militar, hizo algo así como una indicación de que en efecto le pesaba el cargo. Y dije: ¿qué había de hacer en aquel momento sin consultar con sus compañeros? Decirle a S.S.: ?pues por mi parte queda S.S. relevado desde ahora del cargo de director general, para que S.S. tenga libertad de hablar?.

En esto realmente no creía yo ver que hubiese provocación de parte de S.S.; por el contrario, más parecía que S.S. no intentaba provocar al Sr. Ministro de la Guerra, sobre todo, siendo director general del arma de Infantería, cargo que S.S. tan dignamente desempeñaba.

Pues bien; en tal estado, dije yo, defendiendo como era mi deber al entonces Ministro de la Guerra: ?el Ministro no pudo hacer otra cosa; veía que al director general de Infantería le pesaba el cargo que ejercía para combatirle como Senador, sin estar bajo su dependencia, y en este sentido el Ministro debía decir al señor general Primo de Rivera: ?pues señor general Primo de Rivera, desde este momento para mí no es S.S. director general de Infantería, a fin de que tenga toda la libertad que desea para combatirme?. En esto me parecía a mí que no había ofensa ni para el director ni para el Ministro.

Si esta explicación satisface a S.S., me alegraré; si no, todo lo que sea molesto a S.S., crea S.S. que estoy dispuesto a hacerlo desaparecer, porque no ha debido resultar, puesto que no ha sido mi objeto mortificarle. Mi propósito fue cumplir la obligación, sagrada para mí, de defender de una manera cumplida al Sr. Ministro de la Guerra, y no tuve otro medio de hacerlo que el que acabo de indicar. [3042]



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